domingo, 13 de octubre de 2013

Un Domingo menos.


Trataba de esconder el típico nerviosismo ridículo
riéndome y asintiendo en lo que me decían.
Me miraban con tanto interés...
sin embargo,
no escuchaba a nadie, más bien los oía.

Estaba dentro del bucle,
girando y girando,
en el cual de vez en cuando,
me asomaba cuando no mirabas.
Te veía al final de esos murmullos,
hablando,
pero venias y te sentabas en mis pestañas,
y entrabas por mi nariz.

Y me pregunto como un sitio tan bonito,
puede llegar a ser tan insignificante
por cada trago que daba y te miraba.

No suelo escucharme, pero creo que me estoy volviendo un tanto cuerda,
prefiero guardarme las palabras,
temo preocuparte,
porque aunque algunas cosas estén mejor fuera que dentro,
tu estas mejor dentro de mí,
como aquel secreto que todos guardamos...

                                                                                ...y que nunca contamos.

No te preocupes.
Es un Domingo menos,
y suelo gastarlos en esto.
Mañana no te conoceré, ni me reconocerás,
pero hoy déjame aprovechar esta resaca mental así.




Sheila.