domingo, 25 de noviembre de 2012


No se donde se quedo mi creatividad que no me dejaba abandonar esto.En realidad sé muy bien donde guardo todo lo que solía escribir.

Me acuerdo de esos tiempos cuando la tinta del bolígrafo se gastaba en aquellas hojas y hojas que iban a parar al mismo resultado. Con trece años escribía soñando con que mis padres me dejaran salir un Sábado hasta las diez de la noche, con dieciséis digamos que empiezas a formarte en esto de escribir todo lo que sientes, conforme con lo que tienes y sonrojándote con los tímidos gusanos que aparecían en el estomago.Con diecinueve es tan fácil y maravilloso el mundo...y ya con los veinte, imaginaos, sentimos ya de pleno aquella palabra: Libertad.


Con los veinte he entrado en una especie de situación,la cual no me deja dormir por las noches. Se llama ansias de vivir.Supongo que al estar en un sitio donde nadie te diga nada de lo que tienes que hacer, ni cuando levantarte ni nada de nada, hace despertar ese reloj que debe sonar a los veinte años. Y entonces es cuando aquí entro yo preguntándome: ¿a que estoy esperando?. 

No me gusta vivir solo las cosas a las que nos han condenado a vivir. Inconformismo, eso es. No me gusta tener que conformarme con esperar a que llegue mi momento. No me gusta guardarme las ganas de besar y de amar a alguien. Me obsesiona el ruido del reloj por las noches avisándome de que estoy perdiendo el tiempo.Solemos dejarle una gran tarea de "cosas por hacer en mi vida" al tiempo...y creo que no es el tiempo el que debe hacerlas, sino nosotros.


No me gusta conformarme y menos con veinte años. Todo lo que quiero me sale de esas ansias de vivir que salen de lo mas profundo del corazón. Y si sale de ahí, no tienen por que negarte hacer nada, por que es lo que sientes, no es nada malo, lo incorrecto seria dejarlo dentro... Con veinte años no existen apenas responsabilidades que te nieguen vivir todo lo que te propongas.

Solo espero que ese reloj que suele llamarnos cobardes cada noche algún día se quede olvidado en un cajón. Solo espero eso.

4 comentarios:

  1. Tempues fugit... Por ello CARPE DIEM.

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  2. Qué pesado el reloj, tíralo.

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  3. Y espero que eso que sentiste por primera vez con 20 años solo haya ido haciéndose cada vez más latente con el paso de los años, y lo que es más importante, de los días y "su rutina"

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  4. Y en cada latido que tú sigues y conviertes en acción, no sólo das sentido y verdadero significado a la palabra valentía, si no que sobretodo callas cada tic tac de ese reloj cargado de etiquetas, reglas y normas tan absurdas como estúpidas pueda guardar... Y lo mejor es que van pasando los años, cambiando los lugares y tú sigues tú, con las mismas inquietudes, maneras de sentir y vivir la vida... Eres juventud constante con una madurez latente, que más que alejarte de sentir o lo que verdaderamente importa, te hace vivirlo, apreciarlo y valorarlo más.

    ¡Que suerte que existas!

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