Existen trenes de ida y de huida. Ella, huyó durante un tiempo de su cuerpo, de su ser. Pero se topó con su reflejo y con los ojos encharcados, buscó como pudo el destino de aquel billete y llegó a tiempo para ver como en aquel papel, de repente, se reflejaba su nombre, donde antes no ponía nada.
Sheila.