lunes, 30 de septiembre de 2013

De vez en cuando.






Existen noches hartas de almohada y desvelo.
Noches que nos llevan al borde del precipicio,
para tirarnos desde lo más alto y volar...
Volar por encima de todo.

Cuantas veces habré volado sobre los arboles, ríos, mares...
Sin embargo, anoche conocí la naturaleza perfecta.
Volé sobre tu cuerpo, respiraba tu aire,
apenas te rozaba y podía notar cómo se te hinchaba la barriga.

Me tome el lujo de tumbarme a tu lado
y sin hablarte,
sin hacer apenas ruido,
te escribí en la mano la poesía más bonita que seguramente, 
nunca,
te habrán escrito.

Y nunca te lo diré. Y nunca lo sabrás.

Y te levantaras por las mañanas como si en vez de un día menos,
fuese un día más.
Te lavaras las manos,
sin saber que cada noche te vuelvo a escribir lo mismo,
a pesar de que acabe en el desagüe.
Y no tendrás ni idea.

En el mundo siempre han existido fantasiosos
intentando convencernos de que en la palma de la mano 
se esconde la representación de lo que va ser nuestra vida.
Sin embargo, no se qué va a ser de tu vida ni de la mía,
ni qué coño dirán tus líneas,
pero sobre ellas,
llevas escrito algo tan bonito,
que ni Tarot ni brujas, podrían entenderlo.

Por eso, deberías tener miedo.
Por que si algún día la absurda casualidad nos roza,
(poesía de tu mano con la mía),
las únicas grietas serian las del suelo,
por mi temblor, 
por la energía guardada de estas noches irreales,
y crearemos un chispazo.

Ese chispazo del que todo el mundo huye-
Y sé que volverías a ser del aire, y mis dedos volverán a ser del sol.
Volveré al tic tac traumático de madrugada, 
conformándome con poder coger de vez en cuando las alas de debajo de la cama,
a que seas abrasada por mis ganas y salgas huyendo libre.
Porque así, al menos, eres un poco mía.




Sheila.




2 comentarios:

  1. ¡Es precioso! Casi no tengo palabras. Escribes genial, sigue así :D

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  2. Yo me ahorro el casi, ya que directamente me quede sin ellas

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