martes, 11 de diciembre de 2012

El símbolo de toda nuestra vida.


"Hay noches que deberían ser la vida.
Intensas largas noches irreales
con el sabor amargo de lo efímero
y el sabor venenoso del pecado
-como si fuésemos más jóvenes
y aún nos fuese dado malgastar
virtud, dinero y tiempo impunemente.

Debieran ser la vida,
el símbolo de toda nuestra vida,
la memoria dorada de la juventud.
Y, como el despertar repentino de una vieja pasión,
que volviesen de nuevo aquellas noches
para herirnos de envidia
de todo cuanto fuimos y vivimos
y aún a veces nos tienta
con su procacidad.
Porque debieron ser la vida.

Y lo fueron tal vez, ya que el recuerdo
las salva y les concede el privilegio de fundirse
en una sola noche triunfal,
inolvidable, en la que el mundo
pareciera haber puesto
sus llamativas galas tentadoras
a los pies de nuestra altiva adolescencia."

 
Benítez. F





1 comentario:

  1. Y realmente yo no sé que debería ser la vida, lo que sí se que al leerte, incluso en tus elecciones de otros textos, la vida resulta más viva, pues llegas; más real, porque haces que se sienta y más propia porque llegas justo ahí despertando cicatrices y caricias que hacen quererla de verdad.

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