lunes, 1 de abril de 2013

¿Quién no busca calor?




Me canse de buscar esa estabilidad que siempre acababa en lo mismo. Los mismos planes, los mismos horarios de Lunes a Domingos, los mismos minutos que durabas despierta en la cama y las mismas horas que tardaba en dormirme yo, las mismas emociones sin sobresaltos, la misma energía que podíamos haber gastado arrancando las sabanas.

Ahora solo vivo. Vivo solo el ahora. Grabando los buenos días en mi cabeza y alargando cada noche un poquito más, esperando ¡qué sé yo! Quizás algo que me sirva como amante de entretiempo que me cure noches como estas, que no me haga caer en barrancos donde el barro no deje subir.

No pido ni oro ni plata, sino calor en la espalda en las noches más frías, dormirme entre un suspiro humano y no con el de pesadillas o un simple desayuno en la cama aunque sea una vez al mes solo para sentir que no estoy desaprovechando el tiempo, solo para tapar agujeros en las noches. Sin embargo, se porque es tan difícil, todos buscamos lo mismo: calor. Ese calor que vale más que el oro, por eso pocas personas lo consiguen. 


1 comentario:

  1. A lo mejor es porque no es tan sencillo, o si lo es pero nosotros los humanos nos empeñamos en complicarlo, por lo que vale tanto la alegría como la pena dejarse la piel en encontrarlo, sabiendo de antemano que este se presentará cuando menos lo busques y de la manera que no te esperas

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