Ella era la Luna y yo el Sol; eramos el día y la noche. Sabíamos que nada nos unía, porque cuando yo salia, tu huías y así día tras día. Ay amor, hemos sido a los ojos de toda esta gente algo desunido, pero cuando yo tenia que irme, descansaba en tu oscuridad y yo te daba calor tras tus noches frías en vela. Hemos dado vida a algo que ahora ni siquiera podemos tocar.
Aún recuerdo cuando llegabas por las mañanas con esa cara pura y blanquecina, te conformabas con una cuna y te mecías entre estrellas que iban a parar a mi boca hasta que desaparecías arropándote debajo de mi calor madrugador. Ay amor, tu me dabas las fuerzas para iluminar mis mañanas, me ofrecías noches perfectas con tu cuarto menguante y hoy el mundo esta un poco loco ahí abajo porque no saben donde estamos. Nos hemos bajado en la estación equivocada y tu pretendes que de calor en este verano crudo y yo espero que me ilumines las noches mas oscuras de tu vida.
Fuimos la noche y el día, pero la complicidad hecha cielo. Y ahora los de abajo nos reclaman subiendonos en cuerdas que tiran de nosotros para poder dar un poco de cordura a la cotidianidad de sus días. Habrá que seguir subiendo amor, pero aunque me veas en el cielo azul yo solo sé que 'tu no eres sin mi y yo solo soy contigo', aunque el sol siga brillando como cada día.
Sheila.
mi cuna,
ResponderEliminarmi luna,
mi vida.
mi cielo sin estrellas,
mi mas sincero sinsentido.
te cuido desde arriba.
aunque no haya lunas,
aunque no haya estrellas,
mi vida.
arropame y dime que esto es mentira,
que mañana habrá mas lunas y café caliente,
arropame y ponme los zapatos,
tápame la boca,
llámame suicida.
vísteme inmóvil,
tócame como a una niña,
lléname de estigma.
tus manos siempre serán
mi musa,
y la piel mas bonita
que ha tocado mi alma.